I Poesía por inducción
Uno de mis secretos mejor guardados es que me fascina la poesía, y que en contadas ocasiones me gusta escribir poemas, no soy bueno, no tengo la creatividad ni el dominio del lenguaje para escribir buena poesía, (por eso nunca había publicado un poema en mi vida), pero eso va a cambiar hoy, la semana pasada, mientras disfrutaba de "La dichosa palabra", Nicolás, Pablo, Eduardo, y Germán empezaron a hablar de Li Po, uno de los poetas arquetípicos chinos, como ya había oído hablar de Li Po, pero no había leído nada de el, comencé a buscar en la red, y uno de los primeros poemas de Li Po que encontré, fue "Drinking alone by Moonlight" (bebiendo solo a la luz de la luna), el cual viene en el articulo sobre LI Po (Li Bai) en Wikipedia Inglesa, al leer la biografía de Li Po, sentí una gran identificación con el, (porque yo necesito el efecto liberador de el vino para animarme a escribir) y al leer el poema, inmediatamente se me ocurrió que podía traducirlo, y fue lo que hice, el resultado esta aquí, para que ustedes lo disfruten.
Advertencia, el poema no tiene rima ni metro, mi intención fue mantener la idea básica de Li Po, pero además, es la traducción de una traducción, y aunque me hubiera gustado leer el original en chino, eso no es posible, (no entiendo chino), así que tendrán que conformarse con esta traducción de traducción, a ver si les gusta.
Bebiendo solo a la luz de la Luna
Una jarra de vino, bajo arboles floridos
que solo disfruto, pues no hay amigos cerca
Alzando mi copa, a una esplendorosa luna,
con ella y con mi sombra. ahora ya somos tres
La luna, por desgracia, no disfruta este vino,
socarrona, mi sombra se arrastra a mi lado
mas con la luna de amiga, y mi sombra de esclava
seré feliz antes que la primavera acabe
Al cantar mis canciones, la luna titila sus rayos
y en la danza que tejo, mi sombra se enreda y rompe
mientras estábamos sobrios, disfrutábamos todo
mas ahora borrachos, los caminos divergen
ojala y siempre tengamos una amistad eterna
y que nos encontremos de nuevo en el paraíso
que solo disfruto, pues no hay amigos cerca
Alzando mi copa, a una esplendorosa luna,
con ella y con mi sombra. ahora ya somos tres
La luna, por desgracia, no disfruta este vino,
socarrona, mi sombra se arrastra a mi lado
mas con la luna de amiga, y mi sombra de esclava
seré feliz antes que la primavera acabe
Al cantar mis canciones, la luna titila sus rayos
y en la danza que tejo, mi sombra se enreda y rompe
mientras estábamos sobrios, disfrutábamos todo
mas ahora borrachos, los caminos divergen
ojala y siempre tengamos una amistad eterna
y que nos encontremos de nuevo en el paraíso
II Ya encarrerado el Ratón........
Hace unos meses, (dos o tres, no muchos), mientras navegaba por las redes sociales, me encontré una foto que me gustó, era una mujer con unos ojos, preciosos, y una cara divina, le envié una invitación de amistad........ ¡Y me rechazó!, ¡¡se atrevió a despreciarme!!, ¡¡¡le hizo fuchi a la amistad de una de las mentes mas preclaras y creativas de la mediosfera!!! pero no todo esta perdido, de esa amistad fallida, quedó este poema que escribí inspirado por esa hermosa mujer.
Amiga misteriosa
Ojos líquidos, profundos, misteriosos
Abismos para el corazón de cualquier hombre
no se quien eres, no se cual es tu nombre
¡solo se que tienes unos ojos tan hermosos!
Labios carnosos, como fruta en sazón
que prometen la ambrosía de los dioses
son trampas que destruyen la razón
son promesas de deleites y de goces
¿quien eres tú, amiga misteriosa?,
imagen deslumbrante de pixels y electrones
que robas mis sentidos atrás de la pantalla?
¿Eres quizá una musa que despierta mi mente
que reactiva dormidas y ocultas emociones?
Que hace latir sin freno, todos los corazones?
Ojos líquidos, profundos, misteriosos
Abismos para el corazón de cualquier hombre
no se quien eres, no se cual es tu nombre
¡solo se que tienes unos ojos tan hermosos!
Labios carnosos, como fruta en sazón
que prometen la ambrosía de los dioses
son trampas que destruyen la razón
son promesas de deleites y de goces
¿quien eres tú, amiga misteriosa?,
imagen deslumbrante de pixels y electrones
que robas mis sentidos atrás de la pantalla?
¿Eres quizá una musa que despierta mi mente
que reactiva dormidas y ocultas emociones?
Que hace latir sin freno, todos los corazones?
III Historias Ordinarias
Finalmente, aquí esta la cuarta entrega de "Historias Ordinarias", la serie de cuentos que escribí inspirándome en el libro "Los misterios del señor Burdick", este fue el segundo cuento que escribí, pero es el ultimo que he publicado, espero que al hacerlo, se rompa el bloqueo que tengo, y que no me deja terminar el quinto cuento, (que esta a la mitad), y el resto de las historias, ( que ni siquiera he empezado).
A diferencia de los otros cuentos, en esta los niños no son los protagonistas, es mas, ni siquiera aparecen, esta ves el tema es de terror, por eso tarde tanto en publicarlo, porque tuve que trabajarlo un poco para que quedara mas o menos bien, espero que les guste.
Debajo de la Alfombra
Pasaron dos semanas, y volvió a suceder
Todo empezó como empiezan todas las cosas, con detalles pequeños que solo en retrospectiva adquieren su verdadera dimensión
La pesadilla de Robert inició una tranquila tarde de otoño, muy cerca del crepúsculo.
Robert Deryffus había llegado a Arkham a mediados de agosto, para hacerse cargo de una cátedra en literatura inglesa en la universidad Miskatonic, le había gustado el ambiente del pueblo, quieto y reservado, típico de la región de nueva Inglaterra, y había rentado una pequeña casa en las afueras del pueblo
La casa, de dos plantas y techos inclinados había pertenecido al ultimo descendiente de una antigua familia de Arkham, que había muerto sin hijos, el ayuntamiento se había hecho cargo de la casa y convino con la universidad en rentársela a sus profesores en buen precio, a condición de que le diesen mantenimiento.
La tarde en que empezó todo fue el 31 de octubre, extrañamente, en el poblado, Halloween parecía pasar inadvertido, nadie decoró su casa con espantos y calabazas, y en las calles no se veían grupos de niños proponiendo "trick or treat". A Robert esto le causó un poco de extrañeza, pero considerando el pasado puritano de la región, no le dio importancia
Serian poco antes de las 5:00 pm cuando Robert decidió leer un poco antes de cenar, se sirvió un vaso de bourbon y se arellanó en su sillón favorito, el sol ya se había ocultado en el horizonte, pero aún había luz en el ambiente, por el este, frente a la ventana de la sala donde se hallaba Robert, la luna de octubre surgía esplendorosa.
Había elegido para leer, "Hamlet", pues considero era la lectura adecuada dadas la fecha y la hora, Se concentró tanto en la lectura que cuando se dio cuenta, ya era noche cerrada, toda la casa estaba oscura, solo la lampara con la que había estado leyendo arrojaba una pequeña isleta de luz a su alrededor.
Levantándose para encender las luces, se percató de que algo no cuadraba, no había interrumpido su lectura porque si, algo lo había distraído, pero ¿que?, La casa se encontraba tranquila, no se escuchaba un solo ruido y aunque la luz de la luna llenaba la casa de sombras, no se advertía ningún movimiento.
Robert aguzó sus sentidos, y de pronto, casi en el limite de lo audible, lo escuchó, era un rumor tenue, como un pequeño animal que se arrastrara con sigilo. sin hacer ruido, activó el interruptor, y la habitación se llenó de luz, se concentro todo lo que pudo, pero el rumor no se repitió, fue a la cocina a prepararse algo de cenar, y la casa continuó tranquila, cenó en silencio, y apagando las luces de la sala y la cocina, subió a su cuarto y se acostó.
Habían pasado pocos minutos desde que apagara la luz cuando volvió a escuchar el mismo rumor de antes, pero ahora era mas fuerte como si estuviese mas cerca, concentrándose le pareció advertir que el rumor venia de la pared que daba a la otra recámara, sigilosamente se levanto y entro en el cuarto contiguo, el rumor se escuchaba en la pared que separaba ambas recámaras, "Ratas", pensó "mañana llamare al exterminador". Mas tranquilo, regresó a su cama pero la noche no fue fácil, el rumor de las ratas lo despertó varias veces, y en dos ocasiones escuchó golpes, como si las ratas se lanzasen contra la pared,intentando traspasarla, solo al romper el alba, los ruidos cesaron.
Esa tarde, tras impartir cátedra, Robert buscó al exterminador que un colega le había recomendado. Desde el principio, Paul le cayó mal, era un individuo de aspecto indolente y desaseado, con una calva incipiente que trataba inútilmente de cubrir con un pelo ralo y grasiento, de dientes amarillentos, que mascaba tabaco y escupía constantemente. Además para acabar el cuadro, le dijo a Robert que ese tardea no podría ir a su casa, aduciendo una excusa vaga.
Esa noche fue para Robert peor que la primera, los ruidos empezaron tan pronto se ocultó el sol, y si al principio parecían seguirlo por donde anduviera, pronto se escucharon por toda la casa, alarmado por lo que parecía una verdadera infestación de ratas, no pudo dormir en toda la noche.
A la mañana siguiente, justo cuando Robert salía para la universidad, se presentó Paul, tan desaliñado como siempre, a hacer su trabajo, a manera de saludo, Paul preguntó a boca de jarro.
--Es la casa del viejo Frank, ¿No?--
--No lo se,-- contestó Robert, --La renté al ayuntamiento a través de la universidad, ignoro quien vivió aquí antes.--
--Sip, era la casa del viejo Frank, un tipo raro, patrón, la gente le temía.--
--No me importa quien o que haya vivido aquí, solo quiero que extermine las ratas.-- dijo Robert con voz molesta.
--Ok, patrón, no se enoje, la tendré lista para cuando vuelva--
--Bien, hasta la tarde, entonces--
La mañana fue muy larga para Robert, como tenia dos noches sin dormir bien, se sentía irritado y somnoliento, al regresar a casa, en la tarde, encontró a Paul recogiendo sus herramientas.
--¿Como le fué? -- preguntó.
--Bien patrón, la casa esta limpia--
--¿Encontró muchas ratas?--
--Ni una sola patrón, le digo que la casa está limpia, nunca ha tenido ratas--
--Eso es imposible, llevo dos noches sin poder dormir por culpa de esos malditos animales.--
--Pues le digo que no hay, cuando una casa tiene ratas, estas dejan señales por todos lados, nidos, desechos, agujeros en la pared, cables y muebles roídos, tengo muchos años en esto y se lo que le digo, esta casa no ha tenido ratas, nunca.--
A regañadientes, y sin estar muy convencido, Robert pagó los honorarios de Paul, y después de comer algo, durmió toda la tarde, despertó antes del ocaso, y tras una cena ligera, se sentó en la sala con un vaso de Bourbon y una novela de Dickens para distraerse.
Apenas se ocultó el sol, se iniciaron de nuevo los ruidos, roces de cuerpos en las paredes, golpes como si algo quisiera salir de ellas, y, aunque al principio pensó que eran sus nervios, pronto se convenció de que eran reales, entre la barahúnda, se escuchaban susurros, eran inconfundibles, aunque no podía entender que decían.
Al día siguiente, sin haber pegado los ojos en toda la noche, se reportó enfermo a la universidad, y decidió enfrentar a Paul, pero este se montó en sus trece, en la casa no había ni había habido ratas, y si no le creía, podía consultar a otro exterminador.
Como no conocía a otros exterminadores, y no confiaba que Paul le recomendase uno bueno, Robert volvió a su casa, a dormir y pensar como resolver ese problema, pero en esta ocasión, la casa estuvo tranquila, ni un roce, ni un golpe o susurro turbaron la quietud de esa noche, aliviado, Roberto durmió a pierna suelta esa y las noches subsiguientes.
Pero pasadas dos semanas, ocurrió de nuevo. Fue una noche obscura, de luna nueva, hacia el oeste se advertían nubes de tormenta, y en ocasiones, relámpagos lejanos se acompañaban con truenos atenuados por la distancia.
Como la primera vez, todo inició con ruidos casi imperceptibles,roces apagados y golpes casi en el limita de la audición. Algo que llamó la atención de Robert, fue que los ruidos parecían localizados, surgiendo de un área de la pared que estuviese mas cerca a el, y conforme se movía por la casa, los ruidos lo seguían de habitación en habitación. Al avanzar la noche, los ruidos fueron creciendo, tanto en intensidad, como en cantidad, hasta que cerca de la media noche, los ruidos se escuchaban en toda la casa, al grado que Robert se preguntaba por que los vecinos no llamaban a la policía, por todo el escandalo que se escuchaba, fue en tonces cuando empezó a escuchar los susurros, al principio apagados e indistintos, pero que fueron aclarándose poco a poco, hasta que a Robert no le quedó duda, los susurros le llamaban, repitiendo su nombre una y otra vez.
Aterrado, trató de escapar de la casa, se dirigió a la puerta principal, pero esta no se abrió, insertó la llave en la cerradura, pero no giró, probó todas las llaves que tenia, pero ninguna pudo abrir la puerta, corrió a la puerta trasera, pero estaba igualmente bloqueada, con horror se dio cuenta de que estaba atrapado, sin pensar lo que hacía recorrió toda la casa tratando de abrir cuanta ventana encontró, pero fue inútil estas parecían haber sido remachadas, enloquecido sin saber como llego ahí, se encontró en la sala.
Aterrado Robert permaneció en el centro del cuarto sin saber que hacer, paralizado por el miedo. De pronto, advirtió en la alfombra un pequeño montículo que se desplazaba hacia el, como si una rata corriese bajo esta, sin pensarlo, corrió a su escritorio y tomando la silla, la estrello contra el bulto, este no pareció advertir el golpe, a pesar de que la silla se había hecho añicos, simplemente se situó frente a Robert, y se quedo ahí, como si lo vigilara, poco a poco mas bultos empezaron a moverse, rodeándolo por completo, así permanecieron por un largo rato, finalmente todas al unisono empezaron a moverse, pero esta ves hacia el centro de la sala, donde todos se unieron, formando un solo montículo, este tenia el tamaño de un hombre, como si una persona muy alta se encontrara bajo la alfombra, aterrado, advirtió que en el centro del bulto se formó un punto negro de forma oblonga, el cual comenzó a crecer, hasta ocupar todo el frente de la figura, parecía la entrada a una cueva, pero la luz de la sala no penetraba en su interior. Mirando el orificio con la misma fascinación con que un pajarillo ve a la serpiente que ha de devorarlo, Robert avanzó como un autómata y sin titubear penetró en el agujero, a continuación este empezó a cerrarse, y cuando hubo desaparecido, la alfombra se aplanó, como un globo que se le extrajera el aire. Cuando quedo plana como toda alfombra decente, cesaron los ruidos, y la casa quedó nuevamente quieta.
De Roberto no se volvió a saber nada.
Jamás
Frase del día. "La pasión vuelve idiota al hombre mas inteligente", la Rochefoucauld